
El rugby tiene esas tardes en las que todo se decide por detalles: una patada precisa, una mele que empuja con rabia, un ensayo que rompe la inercia. El pasado sábado, 29 de noviembre, el Akra Bárbara R.C. vivió una de esas jornadas que marcan temporada. En el Campo Juan Palomares Corella de Cullera, frente al C.R. Inter Alpesa, el equipo alicantino no solo ganó: impuso su ley con un 5-30 que retumba en la clasificación.
Un inicio que prometía guerra
El choque arrancó con sorpresa y tensión. Minuto 8: ensayo de Héctor Chornet para los locales. El Inter Alpesa, que ha sido el gran rival del Akra en las últimas dos temporadas, parecía dispuesto a repetir la historia. El público local se animaba, el marcador sonreía a los de casa y el partido se metía en esa fase donde cada metro cuesta sudor.
Durante más de veinte minutos, el duelo fue un pulso de defensas. Placajes duros, juego cerrado, errores forzados. El balón viajaba de una 22 a otra sin premio. Pero el Akra, fiel a su estilo, esperó su momento. Y llegó en el minuto 33: ensayo del capitán Juan Pablo, que igualaba el marcador y cambiaba la energía del partido.
El pie que marca diferencias
A partir de ahí, el nombre propio fue Elio. El apertura alicantino convirtió el partido en una clase magistral de precisión: cuatro golpes de castigo y todas las transformaciones. Cada patada era un golpe psicológico para el Inter Alpesa, que veía cómo el marcador se inclinaba poco a poco sin poder frenar la sangría.
Segunda parte: dominio total
Si la primera mitad fue un pulso, la segunda fue un monólogo. El Akra se adueñó del balón, de las mele y del ritmo. Enzo firmó el segundo ensayo en el minuto 64 y Héctor (esta vez del Akra) remató la faena en el 70. El marcador final, 5-30, no deja lugar a dudas: superioridad física, táctica y mental.
Clasificación: Akra toma distancia
Con esta victoria, el Akra Bárbara se consolida como líder en solitario. Cuatro puntos por delante del C.R. San Roque Raminatrans y siete sobre el Inter Alpesa. Una ventaja que no es definitiva, pero sí un aviso claro: el título pasa por Alicante.
La voz del míster
Manuel Cano, entrenador del Akra, lo resumió con la serenidad de quien sabe que queda mucho por recorrer:
«Victoria muy trabajada, decidida por acierto a palos y dominio en mele. Nos anima a seguir, pero no podemos relajarnos.»
¿Por qué engancha este partido?
Porque el rugby no es solo fuerza: es estrategia, paciencia y saber aprovechar cada oportunidad. El Akra lo hizo todo bien: defendió con orden, atacó con cabeza y golpeó con precisión. Y eso, en un deporte donde cada error se paga caro, es oro puro.




