
El 17 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor, un día que sirve para concienciar sobre la importancia de tratar el dolor y mejorar la calidad de vida de las personas que lo sufren, y es que, cada vez más personas viven su día a día con un dolor crónico que afecta a su estado de ánimo y su capacidad para realizar tareas cotidianas. De hecho, según datos que maneja noVadiet, líderes en el cuidado de la salud de la forma más natural, un 20% de la población española adulta sufre algún tipo de dolor con frecuencia, esto significa que casi 7 millones de personas, en su mayoría mujeres, conviven con molestias persistentes localizadas en alguna parte de su organismo, lo que en muchas ocasiones interfiere en su vida laboral y personal.
Conocer el origen del dolor es el primer paso para poder ponerle remedio, o al menos, paliarlo para que no termine afectando nuestra calidad de vida. Por ello, los expertos de noVadiet señalan cuáles son los dolores más frecuentes entre la población y como combatirlos:
- Dolor de espalda
Presente en un 18% de la población, el dolor de espalda es el gran protagonista de las dolencias crónicas. La mayoría de las personas que lo sufren se quejan de la zona lumbar y la cervical, que son las más castigadas por el sedentarismo, el estrés y las malas posturas. Los dolores de espalda son más frecuentes en ciertos profesionales, como los que pasan al día una gran cantidad de horas sentados en una mesa de oficina o también en los que tienen que estar muchas horas de pie.
Por otra parte, también hay ciertos hábitos que pueden propiciar el dolor. Dormir en una mala postura, levantar un objeto de forma brusca e incorrecta, hacer ejercicios mal ejecutados en el gimnasio o mantener la espalda curvada durante horas pueden desencadenar molestias y, en algunos casos, incluso problemas más serios, como hernias discales, contracturas musculares persistentes o artrosis vertebral a edades más tempranas.
- Dolor de cabeza
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Las cefaleas y las migrañas afectan a cerca del 12% de la población, y son especialmente frecuentes entre mujeres en edad laboral. Hay dolores de cabeza que se sienten como una presión constante, otros que golpean por pulsaciones y los hay que se acompañan de náuseas, sensibilidad a la luz o al ruido o de otros síntomas neurológicos.
El estrés, la falta de descanso o la deshidratación suelen ser desencadenantes de los dolores de cabeza. Pero también influyen los cambios hormonales, comer a deshoras o la abstinencia de ciertos alimentos, como el café, cuando el consumo es excesivo.
La migraña, por su parte, tiene un componente neurológico y genético, pero a menudo se ve agravada por un estilo de vida acelerado o un descanso insuficiente. En cualquier caso, cada persona aprende con el tiempo a reconocer sus propios desencadenantes. Y, de hecho, identificarlos es clave para prevenir los episodios y reducir su intensidad.
- Problemas digestivos
Los problemas digestivos representan aproximadamente un 5% de los casos de dolor crónico y son, a menudo, una consecuencia directa de nuestro ritmo de vida. El síndrome del intestino irritable o la gastritis se disparan cuando el estrés y los malos hábitos alimentarios se instalan en nuestra rutina diaria.
Comer deprisa, abusar de alimentos ultraprocesados o saltarse comidas puede alterar la función intestinal. En ocasiones, la causa es más compleja, ya que puede deberse a una intolerancia alimentaria, una infección o incluso el uso prolongado de ciertos antiinflamatorios, lo que provoca un malestar persistente.
En estos casos, aprender a escuchar al cuerpo es esencial. Detectar qué alimentos sientan mal, incorporar horarios regulares y reducir el estrés de nuestra jornada puede marcar la diferencia.
- Dolor ginecológico
Alrededor de un 4% de las mujeres adultas presenta dolor ginecológico y, sin embargo, sigue siendo un asunto que tiende a ser silenciado. Sufrir un dolor menstrual puede ser altamente incapacitante, con el agravante de que estas molestias se repiten cada mes y, en muchos casos, se alargan durante años.
La endometriosis causa inflamación y dolor crónico en la pelvis o la espalda. Además, hay quien sufre dolor como consecuencia de trastornos hormonales, que influyen directamente en la intensidad y frecuencia de las molestias.
Muchas mujeres se acostumbran a convivir con el dolor y lo normalizan, cuando en realidad debería ser motivo de consulta médica para establecer un diagnóstico que permita aumentar la calidad de vida y evitar complicaciones a largo plazo.
- Dolores óseos y musculares
Además, hay otros dolores que forman parte de nuestra vida diaria, como los óseos y musculares en piernas, caderas u otras articulaciones. Estas molestias pueden estar relacionadas con enfermedades como la artrosis o la artritis, o provocadas por problemas de circulación o lesiones deportivas.
En general, hay que tener en cuenta que la obesidad y la falta de tono muscular agravan cualquier dolor musculoesquelético. La buena noticia es que estos factores, a diferencia de otros, pueden modificarse con un cambio de hábitos y haciendo ejercicio regular.
Cómo combatir el dolor de una manera efectiva
El dolor se puede reducir y controlar, especialmente si se aborda desde distintos frentes y mantenemos una actitud enfocada a nuestro propio bienestar. Los expertos de noVadiet nos ofrecen algunas claves que ayudan a aliviar las molestias:
1. Identificar el origen del dolor

No es lo mismo un dolor inflamatorio que otro muscular, articular o neuropático. Establecer un diagnóstico permite seguir una estrategia adecuada y evitar errores que agraven el problema.
2. Cuidar la higiene postural

Mantener la espalda recta al sentarse, levantar peso doblando las rodillas o ajustar la pantalla a la altura de nuestros ojos cuando trabajamos con ordenador reduce la sobrecarga lumbar y cervical.
3. Moverse adecuadamente

Caminar, nadar o practicar estiramientos son opciones seguras para combatir la mayoría de los doloresmusculoesqueléticos. Por el contrario, pasar horas sentado o de pie y sin moverse favorece las contracturas y el dolor articular. Alternar posturas, hacer pausas activas en el trabajo o realizar ejercicios de movilidad cada cierto tiempo ayuda a prevenir rigidez y fatiga muscular.
4. Descansar lo suficiente

El sueño reparador influye directamente en la percepción del dolor. Dormir entre siete y ocho horas diarias, mantener horarios regulares y tener un buen lugar de descanso favorece la recuperación física y mental.
5. Llevar una alimentación equilibrada

Comer bien ayuda a mantener el peso adecuado, al tiempo que reduce la inflamación y mejora el tránsito intestinal. En algunos casos, evitar ciertos alimentos que no nos sientan bien puede disminuir molestias digestivas.
6. Contar con la ayuda de la fisioterapia

Los masajes y las técnicas de reeducación corporal alivian la tensión muscular y ayudan a recuperar movilidad, especialmente tras una lesión o una sobrecarga.
7. Usar medicación con criterio

Los analgésicos y antiinflamatorios deben emplearse siempre bajo indicación médica, durante el tiempo necesario y en la dosis prescrita, ya que automedicarse puede ocultar la causa del dolor o provocar efectos adversos y complicaciones.
8. Practicar técnicas de relajación

El estrés aumenta la sensibilidad al dolor. Prácticas como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness reducen la tensión muscular y nos ayudan a combatir el dolor. También ayuda la práctica del Tai Chi, Chi Kung, Yoga…
9. Apoyarse en los suplementos naturales

Apoyarse en suplementos naturales nos ayuda a tener menos dolores. Por ejemplo, la cúrcuma, unida a la pimienta negra y el jengibre, que son los ingredientes de la Curcurina de noVadiet, resultan beneficiosos para los huesos y las articulaciones, ya que pueden ayudar a reducir la inflamación y las molestias.
También el colágeno de origen marino, reforzado con mangostán, cúrcuma y MSM, presentes en Colamag Calman de noVadiet, ayudan a regenerar el cartílago articular y proporcionar una buena estructura de sostén para órganos y tejidos, ayudan a que tendones y ligamentos trabajen correctamente y ayudan a aportar firmeza, elasticidad e hidratación a los diferentes tejidos y estructuras corporales.
10. Controlar el peso corporal

El exceso de peso sobrecarga las articulaciones y favorece el dolor de rodillas, caderas y espalda, por lo que, si es necesario, perder unos kilos puede suponer una mejora notable en la movilidad y en la sensación general de bienestar.
Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet, señala que: El próximo 17 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor, un día que sirve para concienciar sobre la importancia de aprender a escuchar nuestro cuerpo y mantener una actitud proactiva ante el dolor, que siempre es una señal de alarma, por lo que ignorarlo solo conduce a agravar el problema. Convivir con dolor no significa resignarse, sino saber gestionarlo y procurar aliviarlo. La constancia, el cuidado diario y la prevención son las mejores herramientas para recuperar calidad de vida y vivir con menos molestias.