
Hay partidos que se convierten en leyenda por un instante. El duelo entre España y Nueva Zelanda en los cuartos de final del Mundial Sub21 de hockey hierba fue uno de ellos. Cuando todo parecía escrito, cuando el empate a tres goles parecía condenar el choque al tiempo extra, apareció Bruno Ávila para firmar el gol más importante del campeonato: un penalti córner ejecutado con sangre fría a falta de tres segundos para el final. España gana 4-3, se mete en semifinales y luchará por las medallas el próximo domingo ante Argentina (13:00 hora española).
Un inicio perfecto: tres goles en diez minutos
El partido arrancó como un sueño para los RedSticks. Apenas habían pasado 75 segundos cuando Aleix Bozal sacó un flick magistral que Pere Amat controló con clase antes de asistir a Nico Mustarós, que desvió la bola para el 1-0. España dominaba y generaba peligro constante. En el minuto 10, Bozal volvió a brillar con una jugada individual que terminó en el 2-0, obra de Josep Martín. Y solo un minuto después, Albert Serrahima se revolvió en el área para anotar el tercero. 3-0 en diez minutos: parecía un paseo.
Pero el hockey nunca es previsible. Nueva Zelanda reaccionó con orgullo y empezó a generar peligro. Sam Lints recortó distancias en el minuto 20 tras un rechace dentro del área. España seguía controlando, pero el partido ya no era tan cómodo. Al descanso, 3-1 y la sensación de que quedaba mucho por sufrir.
Segunda parte: tensión y remontada inesperada
Tras la reanudación, España pudo sentenciar con una gran acción de Amat y Mustarós, pero el tiro se fue desviado. Y lo que llegó fue el susto: penalti córner para Nueva Zelanda y gol de Ludolph para poner el 3-2. El equipo oceánico se creció y tuvo dos opciones más desde el punto de penalti, pero Jan Capellades respondió con paradas decisivas.
El último cuarto fue un thriller. España buscaba el cuarto gol con combinaciones rápidas y ocasiones claras: Medina y Serrahima rozaron el tanto en una jugada espectacular, pero la bola no quiso entrar. A falta de un minuto, Nueva Zelanda quitó al portero para atacar con superioridad y tuvo premio: Sam Lints anotó el empate (3-3) a falta de 40 segundos. El golpe fue duro, pero España no se rindió.
El momento que hizo historia
Con tres segundos en el reloj, España forzó un penalti córner. El Video Umpire confirmó la decisión. Era el todo o nada. Y ahí apareció Bruno Ávila, el jugador que ya llevaba ocho goles en el torneo. Concentración máxima, golpe seco y gol. 4-3. España a semifinales. El banquillo saltó al campo, la expedición enloqueció y el sueño sigue vivo.

Declaraciones
Pere Amat:
“Ha sido un partido durísimo. Al principio hemos jugado muy bien, imponiendo nuestro juego. Ellos han subido el nivel en la segunda parte y hemos defendido como animales. Han tenido sus ocasiones y han marcado, pero ese gol final ha sido eufórico. Estamos muy contentos y vamos a por las semifinales”.
Claves del partido
- Inicio arrollador: Tres goles en diez minutos que parecían sentenciar el choque.
- Resistencia mental: España supo reaccionar tras el empate en el último minuto.
- Capellades decisivo: Paradas clave en los PC que mantuvieron vivo al equipo.
- Bruno Ávila, killer: Nueve goles en el torneo y uno histórico para pasar a semis.
Lo que viene
España se enfrentará a Argentina hoy domingo 7 de diciembre (13:00 hora española) por un puesto en la final. El sueño de las medallas está más cerca que nunca.





