
Las Guerreras han vuelto. Y lo han hecho en el momento justo, con un triunfo que no solo vale dos puntos, sino que devuelve la confianza y reafirma el carácter combativo que define a esta selección. El 26-31 ante Montenegro en el Mundial es mucho más que un marcador: es la prueba de que España sabe levantarse tras el golpe y responder con autoridad.
Un inicio que marcó el camino
Desde el primer segundo, España salió con la idea clara: esto iba a ser una guerra. Lo dijo Maddi Bengoetxea y se vio en la pista. El arranque fue eléctrico, con Danila So Delgado abriendo el marcador y una defensa que anuló el pivote montenegrino gracias al trabajo de Kaba Gassama. Montenegro intentó reaccionar con lanzamientos exteriores, pero la solidez española y la inspiración bajo palos de Lucía Prades frenaron cualquier intento.
El único empate llegó en el minuto 10 (4-4), pero la respuesta fue inmediata: Lisa Oppedal y Ester Somaza ampliaron la renta y obligaron al primer tiempo muerto local. España no solo defendía, también castigaba cada error rival. Con Alicia Fernández impecable desde los siete metros y un ataque dinámico, la ventaja se consolidó hasta el 11-15 al descanso. Primera misión cumplida: controlar el partido.
La segunda parte, una exhibición
Montenegro salió con todo tras el descanso, apostando por el 7 contra 6 y portería vacía. Logró reducir la diferencia a dos goles (14-16), pero ahí apareció la versión más letal de España. Anne Erauskin, Jennifer Gutiérrez y Maddi Bengoetxea lideraron un parcial demoledor que llevó la renta a +8 (15-23) en el minuto 44. La defensa española se convirtió en un muro y Nicole Morales sumó paradas clave para frustrar cualquier intento de remontada.
El tramo final fue un ejercicio de control. Alicia Fernández, con 8 goles y un pleno en siete metros, se erigió como la gran protagonista ofensiva. Lyndie Tchaptchet y Paula Arcos remataron la faena con goles que confirmaron la superioridad española. El 26-31 final refleja lo que fue el partido: una España sólida, valiente y efectiva.
Las voces del vestuario
Maddi Bengoetxea lo resumió con sinceridad:
“Necesitábamos un partido así. Sabíamos que iba a ser la guerra y hemos salido mentalizadas para demostrar la garra que tenemos. Ha sido un partido muy serio, muy constante, y eso se refleja en el juego”.
Por su parte, Ambros Martín destacó la actitud del equipo:
“Han sido auténticas Guerreras. Más allá del resultado, lo importante era recuperar sensaciones y mejorar lo que podemos controlar. Hoy lo hemos hecho: defensa sólida, ataque brillante y cabeza fría en los momentos clave”.
Lo que significa esta victoria
España se coloca líder de grupo y, lo más importante, recupera confianza tras el tropiezo anterior. El equipo ha demostrado que sabe adaptarse, competir y crecer en los momentos difíciles. El Mundial sigue, y las Guerreras han lanzado un mensaje claro: están listas para todo.




