Valencia Basket sobrevivió a una batalla de las que marcan carácter. Lo hizo ante el Crvena Zvezda Meridianbet Belgrade, el conjunto más en forma del torneo, y en un Roig Arena que presentó una imagen espectacular. El marcador final, 76-73, resume un choque que tuvo de todo: un arranque frenético, un tercer cuarto para olvidar y un desenlace cargado de tensión donde cada posesión valía oro.
Un inicio eléctrico
El partido arrancó con ritmo de vértigo. Pedro Martínez apostó por un quinteto inicial con Montero, Moore, Taylor, Costello y Reuvers. Un triple de Costello abrió la cuenta, pero Miller-McIntyre respondió con autoridad para liderar a los serbios en los primeros compases. El base visitante anotó los ocho primeros puntos de su equipo, obligando a Valencia Basket a remar desde el principio.
Brancou Badio se convirtió en el antídoto taronja: robos, bandejas acrobáticas y un triple que mantuvo el pulso. El primer cuarto fue un intercambio constante de golpes, con ambos equipos apostando por el tiro exterior. El 26-26 al final del periodo reflejaba la igualdad y la intensidad defensiva que empezaba a imponerse.
Valencia se crece desde atrás
El segundo cuarto cambió el guion. La defensa valenciana subió el listón y empezó a castigar cada error serbio. Recuperaciones, transiciones rápidas y un Taylor explosivo permitieron abrir brecha. Omari Moore sumó desde la personal y Brancou volvió a aparecer con un triple que puso la máxima ventaja. El Roig Arena rugía con el 49-39 al descanso. Todo parecía bajo control.
El apagón y la reacción
Pero la Euroliga no perdona. Tras el descanso, Crvena Zvezda ajustó su defensa y Valencia Basket se quedó sin ideas. Un parcial demoledor de 3-14 devolvió el mando a los serbios. Butler, Motiejunas y Kalinic se adueñaron del ritmo, mientras los taronja sufrían para encontrar tiros cómodos. El tercer cuarto se convirtió en un ejercicio de supervivencia: errores, faltas y un marcador que llegó igualado a 60 para entrar en los últimos diez minutos.
Un final para corazones fuertes
El último cuarto fue una guerra de nervios. Cada canasta costaba un mundo. Taylor sacó tres tiros libres, Puerto clavó un triple clave y Brancou volvió a aparecer con otro lanzamiento exterior que levantó al público. A falta de tres minutos, Valencia mandaba 72-69, pero Miller-McIntyre seguía empeñado en aguar la fiesta.
La acción decisiva llegó en el poste bajo: Taylor bailó entre defensores y anotó la canasta que encarriló el triunfo. Los últimos segundos fueron puro drama: pérdidas, pasos, errores en tiros libres… hasta que Costello, con un tiro desde la personal, selló el 76-73 definitivo.
Pedro Martínez: “Ha sido bajar al barro”
El técnico taronja lo resumió con claridad:
«La defensa de los dos equipos ha sido clave. Ellos nos sacaron del ritmo con los cambios, pero supimos responder. Al final, en partidos igualados, salen las acciones ganadoras y hoy nos tocó cara. Muy contentos por la victoria, aunque esto es la Euroliga: la semana pasada salió cruz y éramos los mismos».




